Siguiendo uno de los rezos pendientes del año pasado (el de
Vicente Rufete y Baeza), nos hemos dirigido hasta Denia para visitar uno de los
restaurantes más concurridos de la provincia. Gracias a que los astros se
alinearon y a que alguien canceló unos minutos antes de hacer nuestra llamada, pudimos
conseguir una reserva para dos ¡y solo con dos meses de antelación! Quizá por esto nos
esperábamos un restaurante deslumbrante y llamativo pero, nada que ver. Si algo
caracteriza al baret de Miquel es la sencillez; la simplicidad como un alivio
para todos los sentidos, excepto para el gusto y el olfato. No cabe duda de que
la grandes estrellas de este restaurante son sus platos.
“El local es la antítesis de un restaurante de franquicia” Miquel Ruiz (Entrevista para Come y reza)
Como señala Miquel, el local no guarda un estilo
definido en cuanto a decoración ni una linealidad en el mobiliario. Por así
decirlo, cada silla y cada mesa son de su padre y de su madre. El concepto es el del típico bar del pueblo, que evita gastos prescindibles con la intención de dar un buen servicio a precios competitivos. Llama la
atención el uso de diferentes materiales en la decoración del restaurante: una puerta de entrada de madera noble
y una segunda de cristal, mosaicos en el suelo de la entrada, paredes blancas
decoradas con sifones de distintos estilos y salpicadas con el descubrimiento de
algunas piedras de obra, techos con vigas de madera, estanterías de garaje, colgantes estravagantes...
También las cartas son diferentes, cada una con un poema distinto. Y ciertamente, el ambiente estaba garantizado porque el local estaba al completo. Puri, la mujer de Miquel, nos llevó a nuestra mesa y, como siempre, nos dejamos llevar por lo que el chef nos quisiese dar a degustar. Jontxu se encargo muy amablemente de servirnos y presentarnos detenidamente cada plato. Allá vamos.
Papas con salsa de
berberecho y lima
Pastisset de hígado
de pato y boniato
Correcto, aunque la mezcla de sabores es algo más habitual.
Caramelos de hueva de
atún con avellana caramelizada
Bocadillo de camarón
Consta de un pequeño camaroncito con diferentes tipos de
algas. En el interior del pan se halla la crema de arroz a banda, cuyo sabor es
potente; de ahí que se combine con una hoja de un árbol cítrico de Japón, que sirve para refrescar la boca y evitar así la mezcla de sabores.
Figatells de sepia
Merluza con chorizo ibérico
Una base de una picadita de tomate que contiene diferentes
tipos de hoja, como la albahaca, piñones y tomate seco. Luego tenemos la pieza
de la merluza con chorizo ibérico, para contrastar sabores y una remolacha liofilizada (deshidratada y congelada a la vez).
Un plato espectacular y, de nuevo, sorprendente, ya que
esperábamos una combinación de sabores demasiado fuertes (chorizo y pescado).
Sin embargo, en boca resultó ser de lo más ligero.
Caballa con alcachofa y cebollino
Una base de crema de alcachofa, con un ligero toque de
aceite de oliva virgen extra, con caballa cruda y alcachofa al punto medio de
fritura, acompañado de cebollino.
Excelente combinación de sabores, fusionando frutas,
verduras y pescado. Queda finalmente un sabor picante en boca, a la vez que
agradable, limpio.
Vamos con los POSTRES
Miquel Ruiz no se ha formado en escuelas sino en cocinas excepcionales de Francia y España. Según él “Lo
más importante para formarte como cocinero es elegir espacios (restaurantes)
que te puedan aportar algo, tanto en cocina salada como en dulce” Miquel Ruiz (Entrevista para Come y reza)
Chocolate con
calabaza
Una salsa verde de pipa de calabaza y otra marrón que mezcla
almendra con un ligero toque de algarrobo. La circunferencia es la propia
calabaza junto con un buñuelo de chocolate.El flan de calabaza estupendo, sin
embargo la bomba falló al no explosionar el chocolate.
Ensalada de hierbas
con chocolate y fruta de la pasión
Información y calificación
Cierran domingos y lunes.
Ambiente: 10
Trato:10
Baño: 8 (Con un espejo peculiar)
¡Hasta la próxima!
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