miércoles, 11 de noviembre de 2015

Visitamos al Cocinero del Año, restaurante Rufete y Baeza



Siguiendo el rezo de Paco de Ca L’Angels, nos dirigimos a Rufete y Baeza, restaurante situado en Avda. Ansaldo, 31, (paralela a Miriam Blasco), en Playa San Juan de Alicante. 


El restaurante abrió sus puertas en 2012, destacando su concepto de cocina mediterránea y consumo de productos de mercado. Desde entonces, se ha apreciado un impulso de superación, intentando escalar de categoría. Una iniciativa plausible y motivada, muy probablemente, por el galardón que obtuvo el chef dueño del restaurante, Joaquín Baeza Rufete, ganador de la quinta edición del concurso Cocinero del Año en 2014. Sin embargo, el cambio, al parecer, no ha podido efecturase a todos los niveles. En realidad, la falta de espacio en el interior del restaurante, con solo una mesa situada justo al lado de la puerta, obliga a que ocupes alguna de las mesas de la “terraza”, delimitada por toldos de plástico que, al menos por la noche, acusa de una mala iluminación. Pero lo más sorprendente es que un restaurante con ínfulas de coronar, presente la carta en un simple folio impreso, dando la sensación de estar en un bautizo o una boda.  Esto, acompañado de los pocos comensales que ocupaban tres mesas más, ya vaticinaba lo que nos esperaba…





La recepción fue más bien fría, percibiendo pocas ganas de “deleitarte” con el menú.Sin embargo, durante la cena, el trato y el servicio fueron correctos, sobre todo por parte de María, la maître suplente, a la que perdonamos su falta de experiencia, así como que no nos ofreciera un maridaje de vinos para los platos que nos aconsejó.




¡Comenzamos!

Nos dieron la bienvenida con una piel de bacalao con pimentón picante y con una mini pizza de queso zamorano y algas, y al centro una mayonesa de soja y cítricos. La corteza nos sorprendió gratamente. Sin embargo, el sabor de la minipizza era demasiado explícito y excesivamente condimentado. 





Biscuit helado de foie con manzana ácida y anguila   
(V Semifinal COCINERO DEL AÑO)

Un plato homenaje a la terrina de Foie de Martín Berasategui.  La base es un helado de foie, cubierto de tierra de vainilla salada, manzana ácida, anguila ahumada y reducción de Pedro Ximénez. El sabor de la manzana ácida, que en cualquier otro plato le hubiese dado solo una sutil acidez, en esta ocasión, la cantidad excesiva anulaba casi por completo el sabor de la anguila y del foie, no consiguiendo crear una continuidad en los sabores. Aceptable.





 Mini burguer de atún rojo con cebolla caramelizada y aire de wasaby
En principio, el plato tenía todos los componentes para disfrutarlo, pero todo lo contrario. El atún estaba excesivamente hecho, ponderación de cebolla, con dudas del caramelizado y el aire de wasaby, en este plato, es eso… Aire. De nuevo, el exceso de uno de los ingredientes, anulaba el contraste de sabores. Poco equilibrio.
Coca de aceite de oliva con carrillera de atún rojo y tartar de verdura
La mini burguer compartía plato con esta coca, muy seca y corriente, al igual que el atún rojo. A nuestro parecer, la verdura da vistosidad al plato, pero no conjuga bien los sabores. En definitiva, muy mejorable.




Huevo negro 
(V COCINERO DEL AÑO 2014/16)
Yema de huevo con sal negra y clara compuesta por un guiso de bacalao, ajo negro, patata, eneldo, migas de pan y angula vegetal- enoki- (seta japonesa). Este plato prometía, pero la presentación sobre un plato negro, ya anunciaba la falta de “arte”. La textura era muy densa, tanto que la yema del huevo no se mezclaba con el resto del fluido. La apariencia era más la de un “chapapote” que la de un guiso, al igual que la textura. El sabor nos recordaba al fondo de un arroz negro, (quizá por el caldo de bacalao), sin conseguir juego de texturas; aunque creando un sutil contraste de sabores con la exquisita angula vegetal, que además de dar un "poco" de color al plato, tenía muy buen sabor. En resumen, este plato nos decepcionó.



Bocata de pichón con arnadi de boniato  
(EVOLUCIÓN V COCINERO DEL AÑO)
Bocata de pechuga de pichón marcada a la plancha con romero y cocinada a 65º, con una base de ropa vieja de pichón y regado por el mismo caldo. Este plato fue el mejor. La dureza de la carne de caza, fusionada tenuemente con un exquisito pastel de boniato y calabaza, encerrado en un pan crujiente, salado y caliente en su justa medida. Sin duda alguna, el mejor bocado de la noche. Muy recomendable.





En esta ocasión, no quisimos seguir probando más platos o postres, ya que teníamos plena convicción de que no era lo que esperábamos. Si bien el impulso de cambio podía apreciarse en detalles tan sencillos como añadir manteles de tela y ofrecer cocina de autor, sirviendo en grandes platos raciones nimias, los bocados no nos resultaron tan "exquisitos" como se nos planteaban. 
Mientras tomábamos un licor, invitación de la casa, preguntamos por el chef y salió a conocernos. Tras la típica pregunta “¿Les ha gustado la cena?”, nuestras caras eran todo un poema, pero de los “épicos”. ¿Qué se supone que le tienes que contestar al “Cocinero del año”, cuando de siete bocados se han salvado dos y medio? Finalmente, decidimos ser totalmente sinceras. Joaquín se interesó en cada uno de los platos que habíamos pedido, (tres con premios) y nos sorprendió al decirnos que ¡él no nos los hubiese recomendado! Ciertamente, el maître habitual del local estaba de vacaciones y María lo estaba cubriendo, de manera que nos quedamos con este interrogante. 
No obstante, estamos invitadas a regresar otro día por interés expreso de Joaquín, para degustar otros platos que, esta vez sí, serán recomendación directa del chef.



Información y calificación
Precio medio por persona: 40€/45€
Teléfono:965 16 22 47

Baños:3
Trato: 7
Ambiente: 6

Nuestra intención es regresar para confirmar si realmente merece nuestra recomendación (o no).  Hasta entonces... ¿probaremos alguno de sus rezos?
Lo descubriremos en nuestra próxima entrada. 
Hasta pronto.

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