miércoles, 25 de noviembre de 2015

Los nuevos platos del Restaurante La Sirena en Petrel presentados en Gastrónoma 2015



 “Del barco de pescadores a la cocina de diseño”, ponencia de Mari Carmen Vélez  de La Sirena, Petrer.


El pasado lunes 16 de noviembre, Mari Carmen Vélez presentó en Gastrónoma algunos de los nuevos platos que se incorporarán próximamente en la carta de La Sirena (Petrer). Inspirada en la experiencia de su niñez, la chef ha reinterpretado algunos platos míticos que, durante su infancia, cocinaban aquellos que le infundieron la pasión por la cocina ―especialmente su abuelo y su madre―.  De este modo, nos trasporta a los sabores de antaño, al “arroz negro con calamares”, a la “sopa de pescado con patata, tomate y cebolla”, a las tradicionales “gambas al ajillo”, etc. Pero con las técnicas y la sofisticación de la alta cocina de hoy en día.



Del equipo de La Sirena, Juan Ra se encargó de presentar la innovadora interpretación del arroz negro con calamares, cuya base consistía en arroz sénia, un fresco calamar de la bahía marcado en plancha y papel de tinta, conseguidos a partir de arroz triturado y tinta de calamar, que dota de altura al plato. Otros ingredientes son Xantana, aceite carbonizado con sabor a parrilla, polvo de limón y sal hawaiana.


Juan Ma se encargó de la interpretación de la sopa de pescado con patata, tomate y cebolla. La base de este plato es un caldo de pescado con todos los ingredientes y una pescadilla que no está ni tostada ni asada ni hervida. Los diferentes ingredientes son presentados en distintas texturas y temperaturas, elaborados previamente. Una suculenta crema de cebolla, a la que también se le añade una cebolla francesa osmotizada haciendo un leve crujiente torradito. El tomate es presentado en polvo, seco y también un tomate cherry pasado por plancha. La patata resplandece en forma de caviar y perlas. Y finalmente, el plato es decorado con cristal de ajo y patata, y algunos berros.


Juan Carlos nos ofreció una alegoría de gambas al ajillo, un plato frío elaborado en forma de tartar con gamba fresca picada, a la que se le añade sal en escamas que ofrece el efecto crunch, frambuesa picada, cinco pimientas, sésamo blanco, flores de capuchina que dota al tartar de un leve picante sutil de mostaza, lima para casar con la frambuesa, jengibre fresco, puré de frambuesas, salsa de ostras que brinda un tono acidulado y aceite de las cabezas de gambas. La presentación es espectacular. Un pan de base (crumble), con una cucharada de terciopelo de gamba, elaborado a partir de las cabezas de gambas; polvo de aceite; sólido de cava con infusión de capuchina, frambuesa liofilizada, lima, flor de ajo y pétalos de capuchina, que aparte de dotar de belleza al plato, le aporta un sabor peculiar.
 
Juan Ma volvió a lucirse presentándonos otro plato, ya de forma breve por falta de tiempo. Un escabeche de canaillas y ostras, con grosellas y granadas







Y para finalizar, dieron a degustar  al público unos deliciosos chicharrones de gambusines.
 

 

No nos cabe duda de que estos platos realzan más, si cabe, la suntuosidad que caracteriza a la cocina de este noble restaurante. Pronto iremos en persona para saborearlos. ¡Prometido!

miércoles, 11 de noviembre de 2015

Visitamos al Cocinero del Año, restaurante Rufete y Baeza



Siguiendo el rezo de Paco de Ca L’Angels, nos dirigimos a Rufete y Baeza, restaurante situado en Avda. Ansaldo, 31, (paralela a Miriam Blasco), en Playa San Juan de Alicante. 


El restaurante abrió sus puertas en 2012, destacando su concepto de cocina mediterránea y consumo de productos de mercado. Desde entonces, se ha apreciado un impulso de superación, intentando escalar de categoría. Una iniciativa plausible y motivada, muy probablemente, por el galardón que obtuvo el chef dueño del restaurante, Joaquín Baeza Rufete, ganador de la quinta edición del concurso Cocinero del Año en 2014. Sin embargo, el cambio, al parecer, no ha podido efecturase a todos los niveles. En realidad, la falta de espacio en el interior del restaurante, con solo una mesa situada justo al lado de la puerta, obliga a que ocupes alguna de las mesas de la “terraza”, delimitada por toldos de plástico que, al menos por la noche, acusa de una mala iluminación. Pero lo más sorprendente es que un restaurante con ínfulas de coronar, presente la carta en un simple folio impreso, dando la sensación de estar en un bautizo o una boda.  Esto, acompañado de los pocos comensales que ocupaban tres mesas más, ya vaticinaba lo que nos esperaba…





La recepción fue más bien fría, percibiendo pocas ganas de “deleitarte” con el menú.Sin embargo, durante la cena, el trato y el servicio fueron correctos, sobre todo por parte de María, la maître suplente, a la que perdonamos su falta de experiencia, así como que no nos ofreciera un maridaje de vinos para los platos que nos aconsejó.




¡Comenzamos!

Nos dieron la bienvenida con una piel de bacalao con pimentón picante y con una mini pizza de queso zamorano y algas, y al centro una mayonesa de soja y cítricos. La corteza nos sorprendió gratamente. Sin embargo, el sabor de la minipizza era demasiado explícito y excesivamente condimentado. 





Biscuit helado de foie con manzana ácida y anguila   
(V Semifinal COCINERO DEL AÑO)

Un plato homenaje a la terrina de Foie de Martín Berasategui.  La base es un helado de foie, cubierto de tierra de vainilla salada, manzana ácida, anguila ahumada y reducción de Pedro Ximénez. El sabor de la manzana ácida, que en cualquier otro plato le hubiese dado solo una sutil acidez, en esta ocasión, la cantidad excesiva anulaba casi por completo el sabor de la anguila y del foie, no consiguiendo crear una continuidad en los sabores. Aceptable.





 Mini burguer de atún rojo con cebolla caramelizada y aire de wasaby
En principio, el plato tenía todos los componentes para disfrutarlo, pero todo lo contrario. El atún estaba excesivamente hecho, ponderación de cebolla, con dudas del caramelizado y el aire de wasaby, en este plato, es eso… Aire. De nuevo, el exceso de uno de los ingredientes, anulaba el contraste de sabores. Poco equilibrio.
Coca de aceite de oliva con carrillera de atún rojo y tartar de verdura
La mini burguer compartía plato con esta coca, muy seca y corriente, al igual que el atún rojo. A nuestro parecer, la verdura da vistosidad al plato, pero no conjuga bien los sabores. En definitiva, muy mejorable.




Huevo negro 
(V COCINERO DEL AÑO 2014/16)
Yema de huevo con sal negra y clara compuesta por un guiso de bacalao, ajo negro, patata, eneldo, migas de pan y angula vegetal- enoki- (seta japonesa). Este plato prometía, pero la presentación sobre un plato negro, ya anunciaba la falta de “arte”. La textura era muy densa, tanto que la yema del huevo no se mezclaba con el resto del fluido. La apariencia era más la de un “chapapote” que la de un guiso, al igual que la textura. El sabor nos recordaba al fondo de un arroz negro, (quizá por el caldo de bacalao), sin conseguir juego de texturas; aunque creando un sutil contraste de sabores con la exquisita angula vegetal, que además de dar un "poco" de color al plato, tenía muy buen sabor. En resumen, este plato nos decepcionó.



Bocata de pichón con arnadi de boniato  
(EVOLUCIÓN V COCINERO DEL AÑO)
Bocata de pechuga de pichón marcada a la plancha con romero y cocinada a 65º, con una base de ropa vieja de pichón y regado por el mismo caldo. Este plato fue el mejor. La dureza de la carne de caza, fusionada tenuemente con un exquisito pastel de boniato y calabaza, encerrado en un pan crujiente, salado y caliente en su justa medida. Sin duda alguna, el mejor bocado de la noche. Muy recomendable.





En esta ocasión, no quisimos seguir probando más platos o postres, ya que teníamos plena convicción de que no era lo que esperábamos. Si bien el impulso de cambio podía apreciarse en detalles tan sencillos como añadir manteles de tela y ofrecer cocina de autor, sirviendo en grandes platos raciones nimias, los bocados no nos resultaron tan "exquisitos" como se nos planteaban. 
Mientras tomábamos un licor, invitación de la casa, preguntamos por el chef y salió a conocernos. Tras la típica pregunta “¿Les ha gustado la cena?”, nuestras caras eran todo un poema, pero de los “épicos”. ¿Qué se supone que le tienes que contestar al “Cocinero del año”, cuando de siete bocados se han salvado dos y medio? Finalmente, decidimos ser totalmente sinceras. Joaquín se interesó en cada uno de los platos que habíamos pedido, (tres con premios) y nos sorprendió al decirnos que ¡él no nos los hubiese recomendado! Ciertamente, el maître habitual del local estaba de vacaciones y María lo estaba cubriendo, de manera que nos quedamos con este interrogante. 
No obstante, estamos invitadas a regresar otro día por interés expreso de Joaquín, para degustar otros platos que, esta vez sí, serán recomendación directa del chef.



Información y calificación
Precio medio por persona: 40€/45€
Teléfono:965 16 22 47

Baños:3
Trato: 7
Ambiente: 6

Nuestra intención es regresar para confirmar si realmente merece nuestra recomendación (o no).  Hasta entonces... ¿probaremos alguno de sus rezos?
Lo descubriremos en nuestra próxima entrada. 
Hasta pronto.